Por Aníbal Blasco – Licenciado en Comercialización
El estado benefactor es un modelo de gobierno que busca garantizar el bienestar social de los ciudadanos a través de la redistribución de la riqueza y la inversión en servicios públicos.
El modelo se basa en la solidaridad social, el derecho a un nivel mínimo de bienestar y calidad de vida y la redistribución de la riqueza para reducir las desigualdades económicas y sociales. Entre algunas funciones del estado benefactor se centran con gran importancia el proveer servicios de salud, ofrecer educación gratuita, garantizar la seguridad social, proporcionar vivienda y servicios urbanos.
Pero, como todo sistema o modelo debe ir perfeccionándose y vaya que tiene vigencia al día de hoy, quizás por decisiones actuales en política nacional que atrasan decenas de años, que nos vuelven a remontar a la lectura y a las fuentes para entender lo que ya sucedió y que hoy volvemos a atravesar. Un modelo de pseudo-libre mercado, de apertura de importaciones, desregulaciones de sectores productivos, endeudamiento y especulación financiera, ahora por cuarta vez en 50 años y que hemos visto que no termina bien.
En el libro El Estado Benefactor: un paradigma en crisis (Ernesto Isuani, Rubén Lo Vuolo y Emilio Tenti Fanfani), los autores plantean una serie de propuestas para reformular las políticas sociales, enfocadas en superar las limitaciones del modelo tradicional del Estado de bienestar. Estas se centran en tres enfoques clave:
Rediseñar los sistemas de protección social:
Proponen sistemas que prioricen la universalidad y equidad, alejándose del asistencialismo selectivo que suele ser reactivo y limitado. Sugieren integrar a la población de manera más amplia en redes de seguridad social que no discriminen por clase o ingreso.
Incorporan criterios de riesgo social como base para diseñar políticas proactivas, orientadas a prevenir vulnerabilidades en lugar de reaccionar solo ante emergencias.
Transformación en la asignación de recursos:
Plantean que los recursos públicos deben ser administrados para garantizar sostenibilidad a largo plazo, evitando el uso excesivo de subsidios específicos que perpetúen desigualdades o ineficiencias.
Introducen el concepto de redistribución estructural, que implica diseñar políticas económicas que reduzcan las brechas de ingreso y promuevan empleos estables como eje central del bienestar.
Crítica al modelo neoliberal y sus ajustes estructurales:
Rechazan las políticas que desmantelan servicios públicos básicos bajo el argumento de eficiencia económica. Proponen, en cambio, fortalecer instituciones públicas con una perspectiva de justicia social y no simplemente económica.
Enfatizan la necesidad de una visión ética y participativa en el diseño de políticas, involucrando a los sectores más afectados para lograr mayor legitimidad y eficacia.
En conjunto, los autores defienden la creación de un modelo híbrido que combine sostenibilidad fiscal con una sólida protección social, adaptado a los desafíos contemporáneos, pero manteniendo un compromiso claro con la equidad y los derechos humanos.
El caso de la Yerba Mate es el fiel reflejo del pequeño preámbulo escrito anteriormente. Han logrado la movilización de todos los pequeños y medianos productores yerbateros. Están empezando a reaccionar más fuerte contra la desregulación que los empobrece y contra el oligopolio que concentra la riqueza, igual que en los años 90. En conjunto con el gobierno de Misiones se trabaja para minimizar el golpe, pero la decisión nacional fue contundente y dejó secuelas facilitando transferencias por unos 200 millones de dólares desde los sectores de la producción al bolsillo de un puñado de menos de diez grandes empresas molineras y supermercados.
La provincia apunta a lograr una trazabilidad del precio mínimo de referencia y volver a insistir ante Nación para que se levante la desregulación que solo ha causado perjuicios dado que el consumidor de yerba no logró ver que los precios en la góndola cayeran y solamente lo que llega al bolsillo del colono, que en diciembre de 2023 eran 370 pesos por kilo, y ahora menos de 200 sin contar con la inflación acumulada interanual octubre 2023 – octubre 2024 del 193%, lo que, para graficarlo, significa que en diciembre el kilo de hoja verde valía 0,60 centavos de dólar hoy se redujo a 0,25 centavos de dólar, puesto en palabras del Ministro del Agro y la Producción Facundo López Sartori.
SALUD
A pesar del ajuste sufrido en los recursos de origen nacional, el gobierno mantuvo un esquema de salud pública sin costo para los ciudadanos y que en muchos casos ha sido una mejor alternativa a la salud privada. La salud de Misiones como pilar fundamental hace referencia al nivel mínimo de bienestar que merece el misionero a través de un estado benefactor y que se reconoce abiertamente. Además de los estudios, los análisis, los tratamientos, se entregan remedios en forma gratuita, es un gasto que, si tuviera que enfrentar un grupo familiar de salud representarían costos que afectarían severamente al ingreso familiar, y eso hace rendir el Estado provincial con fondos propios.
BOLETO ESTUDIANTIL
El nuevo BEEG (Boleto Estatal Estudiantil Gratuito), que anunció Ramiro Aranda, ministro de Educación, avanza en un proceso de digitalización que facilitará la renovación del Boleto, entendiendo que muchos chicos no tienen celular y por eso se implementará un sistema basado en los registros de los Legajos Únicos de Estudiantes (LUA), los cuales se cargan en cada escuela. Con estos registros y los números de DNI, se van a simplificar los trámites para la renovación del BEEG.
El ministro también dio cuenta de la relevancia de esta medida, especialmente considerando la demografía joven de Misiones. “Somos la provincia con la mayor cantidad de población en la escuela. A ellos les estamos subsidiando para garantizar la educación“, agregó. Esta política se enmarca dentro de un enfoque integral que busca que los estudiantes no se vean obstaculizados por los costos del transporte, un desafío frecuente en provincias más alejadas de los centros urbanos.
Retomando el preámbulo inicial, en estos momentos de crispación con partidos y alianzas rotas, así como asistimos a un festival de ataques y críticas de políticos sueltos en busca de una individualización que los aleja de todos y no los une a nada, no debe perderse de vista lo que se ha logrados desde la crisis de 2001 hasta la fecha, un estado benefactor con pilares fundamentales que garantiza al misionero niveles de bienestar básicos con instituciones públicas fuertes y equilibrio y transparencia en las cuentas públicas.